La abeja común es la Apis melíferas, que zigzaguea entre las flores para después ponerse en ellas y recolectar con su delgada lengua el néctar que hay en los pistilos, un elemento que las flores producen para atraer insectos que ayuden en sus procesos de polinización, gracias al cual los pétalos pueden tomar diversas personalidades. Las abejas lo almacenan en su “estómago de miel” para llevarlo a la colmena en donde las obreras lo preparan, lo guardan añadiéndole enzimas y lo depositan en una cámara de cera. Mientras el agua se evapora, se crea una actividad enzimática en la cual el néctar se convierte en miel. Es importante destacar que esta reserva de alimento da sustento a las abejas cuando no hay flores.
El aroma, gusto y color de la miel son determinados por las plantas de las cuales las abejas han recogido el néctar. Los girasoles, por ejemplo, le dan un color dorado; el trébol produce una miel blanca y dulce; las agaves le dan a la miel un sabor desabrido, muy popular en algunas sociedades. La miel oscura generalmente tiene un sabor fuerte y a menudo presenta un alto contenido mineral; la miel clara tiene un sabor más delicado.
El color y el sabor son determinados por aquellas flores visitadas por nuestros amigas las abejas y esto dependerá de la localización geográfica.
Dependiendo de las plantas que las abejas visiten, algunos tipos de miel son más favorables a la cristalización que otros; la consistencia de casi todos los tipos de miel se cristaliza si la temperatura se estabiliza entre 15 y 24° C. Al igual que el color, el sabor de la miel viene apreciado por diferentes pueblos en diferentes calidades. Algunos prefieren la miel cristalizada, otros la prefieren líquida. La cristalización es un proceso natural; no hay diferencias de valor nutricional entre la miel sólida y la líquida. Algunos tipos de miel tienen una apariencia nublada, porque presentan un alto contenido de polen. Este tipo es considerado de inferior calidad aunque su valor nutritivo sea mayor.
Megamieles es miel de abeja, natural y 100% pura, procedente de la multiflora del altiplano de Tlaxcala, producida a una altura mínima de 1700 metros sobre el nivel del mar. Por su calidad, sabor y textura, la miel del altiplano central es considerada una de las mejores del mundo y se le reconoce como miel mantequilla. Se caracteriza por su rápida y fina cristalización y un color ambar claro.
Dulcemente deliciosa…
Tiene un suave sabor que permite endulzar bebidas sin cambiarles mucho el sabor y también puede untarse fácilmente.
Los beneficios y propiedades que la miel tiene en la salud humana son conocidos desde la antigüedad, tanto en uso tópico como alimenticio. Entre los más destacados podemos mencionar que:
Antioxidante
Evita las alergias y ayuda en el tratamiento de afecciones respiratorias y dolor e irritación de garganta.
Regula el azúcar en la sangre
Reduce el estrés metabólico
Promueve la recuperación del sueño
Es un tratamiento para el estreñimiento
Mejora la función cerebral
Trata acné y dermatitis
Ayuda a tener un hígado sano
Repara las heridas, quemaduras y úlceras
Hidrata la piel
Es un reparador labial
Ayuda en el Ciclo menstrual
Estimulante del sistema inmunológico
Excelente para regular la glucosa en caso de hipoglucemia.
Ayuda a regular las funciones de todos los sistemas del cuerpo.